La comunidad de Garrucha, en la provincia de Almería, España, permanece profundamente impactada tras el fallecimiento de un niño de cuatro años, identificado como Lucas, cuyo hallazgo ocurrió la noche del miércoles en una zona costera cercana.
El caso, actualmente investigado por la Guardia Civil, ha generado un amplio despliegue informativo por las circunstancias que rodean su muerte y por la detención de dos personas vinculadas a él.
Según información confirmada por fuentes oficiales, la secuencia de hechos comenzó cuando, durante la tarde-noche, se registró una llamada al servicio de emergencias.
La comunicación fue realizada por la madre del menor, Bárbara B., de 21 años y en avanzado estado de gestación, quien manifestó que su hijo se encontraba inconsciente, aunque no logró precisar la ubicación exacta.
De manera casi simultánea, el padre del niño presentó una denuncia por desaparición, lo que activó un operativo inmediato de rastreo en los municipios cercanos, particularmente en el litoral de Garrucha y Mojácar.
Hacia las 23:00 horas, los equipos de búsqueda localizaron el cuerpo del niño en un área de playa.
El hallazgo condujo rápidamente a la detención de la madre y de su pareja, Juan David R., sobre quien recaía una orden de alejamiento previa por episodios de violencia.
Ambos, de nacionalidad venezolana, fueron trasladados a dependencias policiales mientras se ejecutan diligencias destinadas a esclarecer su participación en los hechos.
De acuerdo con los primeros avances de la investigación, el menor fue encontrado dentro de una pequeña estructura situada en la playa de Mojácar, donde también se identificaron indicios compatibles con agresiones previas.
El informe forense, emitido en las horas posteriores al hallazgo, apunta a lesiones significativas y factores que incrementan la gravedad del caso, los cuales se examinan con estricto protocolo debido a la especial protección que requieren las víctimas menores de edad.
Vecinos y allegados al entorno familiar indicaron que, días antes del suceso, habían observado al niño con señales de miedo y actitudes de retraimiento.
Algunos residentes entregaron a las autoridades grabaciones en las que se aprecia al menor en un estado de visible angustia.
Paralelamente, fuentes próximas a la investigación confirmaron que la madre habría emitido un mensaje autoinculpatorio en el que reconocía haber dejado al niño en la caseta donde posteriormente fue encontrado.
Mientras los agentes continúan reconstruyendo la cronología exacta y se determina el nivel de implicación de cada detenido, el municipio de Garrucha permanece en duelo.
Las autoridades locales han solicitado respeto hacia el proceso judicial y hacia la memoria del menor, subrayando la importancia de no difundir información no verificada y de permitir que la investigación avance con la máxima rigurosidad.
Las diligencias siguen abiertas bajo secreto, y se prevé que en los próximos días se amplíe la información oficial con datos confirmados que permitan comprender con precisión lo ocurrido en este caso que ha conmocionado a toda la región.




